BEIRUT, Líbano. Un convoy de ayuda en el norte de Siria fue alcanzado por ataques aéreos durante la noche y alrededor de 20 civiles murieron, informó el martes el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). La agencia humanitaria de Naciones Unidas anunció a su vez la suspensión temporal de todas sus caravanas de reparto de ayuda en Siria tras el ataque contra el convoy.
No estuvo claro quién fue el responsable del ataque del lunes, que generó una bola de fuego rojo en el cielo nocturno sobre una zona rural de la provincia de Alepo. Tanto aviones sirios como rusos operan en el espacio aéreo sirio, así como los de la coalición liderada por Estados Unidos para la lucha contra el grupo extremista Estado Islámico.
La caravana, que formaba parte de un dispositivo interagencial rutinario operado por la Media Luna Roja, fue alcanzado en el oeste de la provincia de Alepo, una zona rural. Voluntarios de los Cascos Blancos publicaron imágenes que mostraban varios vehículos ardiendo y un video del ataque en el que aparecían grandes bolas de juego en una zona oscura, mientras las ambulancias llegaban a la zona.
Según funcionarios de Naciones Unidas, el convoy de la ONU y la Media Luna Roja iba a entregar ayuda a 78.000 personas en la localidad de Uram al-Kubra, al oeste de la ciudad de Alepo. Estimaciones iniciales indican que unos 18 de los 31 camiones de la caravana fueron alcanzados, igual que un almacén de la Media Luna Roja en la zona.
En un comunicado, el CICR dijo que entre los muertos hubo un miembro de la Media Luna Roja Siria. Activistas sirios y paramédicos dijeron previamente que los ataques aéreos mataron a 12 personas.
El presidente del CICR, Peter Maurer, denunció el ataque como una “violación flagrante del derecho internacional humanitario” y aseguró que es “totalmente inaceptable”.
El texto agregó que los civiles murieron cuando estaban descargando camiones que transportan ayuda humanitaria vital. Añadió que gran parte de la ayuda fue destruida, privando a miles tanto de alimentos como de asistencia médica.
El ataque renovó las dudas sobre el acuerdo de alto el fuego para Siria negociado por Estados Unidos y Rusia. El ejército sirio declaró el lunes el fracaso de la tregua, que entró en vigor una semana antes. Washington dijo estar preparado para ampliar el acuerdo de alto el fuego, mientras que Moscú, tras culpar a los rebeldes de violar el pacto, sugirió que aún se podía salvar.
En Ginebra, el portavoz de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés), Jens Laerke, informó que la suspensión temporal de la ayuda humanitaria se mantendrá hasta que se revise la situación de seguridad en Siria luego del ataque aéreo.
“Es un día muy, muy negro (…) para los cooperantes en todo el mundo”, informó.
El coordinador de ayuda de la ONU informó que el gobierno de Damasco había entregado todas las autorizaciones pertinentes en los últimos días para permitir la entrada de la caravana en el país. La entrega de ayuda humanitaria se estancó en las últimas semanas ante los continuos combates y la tregua no allanó el camino para ampliar el número de convoyes como se creía en un principio.
Entre los fallecidos estaba Omar Barakat, responsable de la Media Luna Roja en la localidad donde ocurrió el ataque, dijeron Rami Abdurrahman, del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos —un grupo con sede en Gran Bretaña que monitorea el conflicto— y el activista asentado en Alepo Bahaa al-Halaby.