Hijo de padre nigeriano y una madre coreana, Han Hyun Min, de 16 años de edad, es el primer modelo negro en posar para algunas de las revistas de moda más importantes de Corea del Sur.
De un metro noventa de estatura, piernas largas y una gran habilidad para el arte del catwalk sobre la pasarela, Han fue contactado por una agencia de moda el año pasado, que apostó por su talento pese a que su color de piel rompía con la homogeneidad étnica del país asiático.
“Un modelo de moda de piel oscura como el de Han era inaudito en Corea del Sur, por lo que reclutarlo era una gran apuesta” dijo su agente, Youn Bum.
Desde entonces, ha aparecido en las tapas de varias revistas surcoreanas, en 11 desfiles de la pasada Fashion Week y recientemente abrió el desfile Heich Es Heich. Progresivamente, Han rompe con las conceptos de belleza tradicionales de su país natal, uno de los más racistas de la región.
Aunque la inmigración a Corea del Sur está en ascendencia y se ha duplicado en la última década, la población extranjera aún permanece menor al 5% de la cantidad de habitantes, de los cuales la mayoría provienen de China y y el sureste de Asia.
Por demás, la gente de raza mixta suele ser discriminada e incluso tienen un nombre propio con el cual se los menciona: “cruzados”. Muchos de ellos son ridiculizados públicamente en los sistemas de transporte público, acusados de ser “sucios” o “apestosos”, y se les ha negado el acceso a algunos restaurantes sofisticado o a baños públicos.
Según una encuesta gubernamental de 2015, el 25% de los surcoreanos no desean tener a un extranjero como vecino comparado a un 5,6% en los Estados Unidos y a un 10,5% en China.
En los colegios, los chicos de raza mixta son llamados tuigi, un término despectivo en referencia a los animales híbridos.
Por su parte, Han no fue una excepción a la regla.
“Cuando estaba jugando con otros chicos en la escuela, algunas madres los alejaban de mí, diciéndoles: ‘no juegues con un niño así'”, le dijo Han a AFP.
Una vez, una anciana le preguntó: “¿Qué estás haciendo en el país de otra persona?”
“Quería ser invisible”, confesó Han. “Odiaba que mi apariencia se destacara por sobre todos los demás”.
Encontró una salida a través de la moda.
Inicialmente, Han publicaba sus fotografías en las redes sociales, hasta que fue contactado por Youn Bum luego de ver sus fotos en Instagram.
El agente describe la manera de caminar del modelo como algo “electrizante”. Cuando lo contrató a los 14 años, varios diseñadores y editores lo acusaban de “mal agüero” y preferían trabajar con coreanos blancos o extranjeros rubios y de ojos claros.
Sin embargo, con el tiempo fue reconocido como un chico único y carismático, y trabajó en las pasarelas de más de 30 shows en los dos Seoul Fashion Weeks en los que participó, un número muy alto para un novato.
“Ser un modelo de moda me ayudó a construir confianza tremendamente”, dijo Han. “Ahora me gusta ser mirado por otras personas, en lugar de estar avergonzado”.
Fuente: msn.com
