La única opción que tienen es visitar la iglesia y el Colegio Menonita Quisqueya, donde se les inculca la doctrina de su secta día tras día.
En lo que respecta a su escuela, utilizan un método de enseñanza que los mismos estudiantes que han salido lo califican como deficiente, porque no les enseñan la historia patria, y en matemáticas aprenden las cuatro operaciones básicas y algunos quebrados, como lo expresara Magdalena Martínez Roa.
Mientras que el señor Florángel Martínez consideró que la enseñanza del colegio de los menonitas es una especie de “Quisqueya Aprende Contigo”, aún cuando permanecen ocho años dentro de sus aulas.
Personas de Ranchito entrevistados expresaron preocupación por las reglas que ha impuesto la Iglesia Menonita Conservadora en su comunidad, ya que se trata de una zona habitada por familias humildes y la única esperanza que tienen es que sus hijos alcancen una carrera universitaria para romper el círculo de pobreza heredado.
En el año 1980 se radicó aquí la Iglesia Menonita Conservadora, una religión extremista que ha inculcado en la mentes de sus seguidores, que deben criar a sus hijos “alejados” del conocimiento intelectual y de las personas que no pertenecen a esta religión, para que puedan “salvarse y alcanzar el cielo”.
“Desde que los menonitas se instalaron en esta comunidad, a muchos jóvenes se les ha atrofiado su vida intelectual, por lo cual hoy, son padres que se dedican a realizar trabajos agrícolas y del hogar para mantener a sus hijos, teniendo la capacidad para ser médicos, abogados, ingenieros, profesores y otras profesiones”, dijo Martínez.
Destacó que tal es el nivel de influencia que existe dentro de los hogares menonitas conservadores, que cualquier joven que decida continuar sus estudios fuera de la escuela que ellos administran, inmediatamente los padres tienen que sacarlo de la casa, porque así son las reglas de su iglesia.
“Yo no puedo abandonar a mis hijos. Yo tengo una hija que vive en la Capital, la cual se fue de la casa porque decidió estudiar. Tengo uno de 16 y otra de 17 que no pueden estudiar en el liceo porque la religión se lo impide y los seis más pequeños fueron expulsados de ese colegio y sólo los reciben si yo boto de la casa a mi hija de 19 años, únicamente por el hecho de que se inscribió en el liceo”, contó.
Fuente: Listin Diario