SANTIAGO DE CUBA (AP) — El presidente cubano Raúl Castro anunció el sábado en la noche que se llevará una propuesta a la Asamblea Nacional para que se prohíba el uso del nombre de Fidel Castro en los sitios públicos y que se levanten monumentos en su memoria.
Durante un acto de masas en la Plaza de la Revolución, Castro afirmó que, en atención al deseo del fallecido líder, llevará una propuesta a la próxima sesión de la Asamblea Nacional —la cual suele votar por unanimidad a favor todos los planteamientos que se llevan a su seno_, para que el nombre de Fidel y su figura no sean utilizados en ningún sitio público ni se coloquen estatuas ni bustos en su memoria.
“El líder de la revolución rechazaba cualquier manifestación de culto a la personalidad y fue consecuente con esa actitud hasta las últimas horas de vida, insistiendo en que, una vez fallecido, su nombre y su figura nunca fueran utilizados”, dijo Castro al explicar ante cientos de miles de personas concentradas en la plaza los deseos de su hermano, que murió el 25 de noviembre a los 90 años.
El mandatario indicó que la medida de prohibición se extenderá a todas las instituciones, plazas, parques, avenidas, calles u otros sitios públicos, así como a cualquier monumento u otras formas similares de tributo.
Castro encabezó una multitudinaria concentración de despedida al líder cubano a la que asistieron los mandatarios Nicolás Maduro de Venezuela, Daniel Ortega de Nicaragua, Evo Morales de Bolivia, así como los exgobernantes brasileños Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, el expresidente dominicano Leonel Fernández y el futbolista argentino Diego Maradona.
La Plaza de la Revolución de Santiago de Cuba lució repleta en la noche. Al grito de “¡Raúl, amigo, el pueblo está contigo!” cientos de miles de personas recibieron al presidente cubano.
A lo largo y ancho de la extensa explanada que ocupa el foro se vio a la población con banderas en las manos y fotos de Castro, muchos de ellos vestidos con playeras blancas con la imagen del fallecido exmandatario o del comandante Ernesto “Che” Guevara.
Tras conocerse el anuncio, Juan Antonio González, un economista jubilado de 70 años, dijo a The Associated Press que “fue una decisión de Fidel, no de Raúl, y creo que hay que respetarlo. Todos quisiéramos ponerle Fidel Castro a todo, pero al final Fidel Castro es toda Cuba”.
“Fidel Castro fue siempre un hombre austero y sencillo. Su decisión lo pinta. A mí me hubiera gustado que una calle importante o un lugar histórico llevara su nombre, pero hay que respetarlo”, comentó Georgina Castellanos, una empleada de 51 años.
Los restos del exgobernante serán enterrados el domingo en el cementerio de Santa Ifigenia, donde también reposan los del prócer cubano José Martí en un hermoso e imponente mausoleo, el cual data de 1951 y tiene en la tumba una bandera, flores, y una jardinera en forma de libro. Está bajo custodia las 24 horas de día.
Más temprano, bajo el intenso sol tropical y un calor abrasador, miles de santiagueros, algunos sumidos en llanto, se apostaron a lo largo del centro de la ciudad, del histórico Cuartel Moncada, y de la Plaza de la Revolución para ver de cerca el paso de la caravana y el pequeño ataúd de cedro, cubierto con una bandera de Cuba, en el que van las cenizas del expresidente.
Decenas de niños vestidos de uniforme escolar se sumaron a la recepción de los restos frente al Cuartel Moncada. Algunos lloraban y otros levantaban el brazo derecho y colocaban su pulgar en la frente, el saludo de los pequeños “pioneros”, como son conocidos.
En un momento, el vehículo militar que lleva el ataúd con las cenizas se detuvo y debió ser empujado para que arrancara.
En una apretada fila la plaza de Marte estaba Gisela Vera, una promotora cultural de 49 años que dijo estar desde la mañana para aguardar la llegada de los restos.
“Es un día importante. Quiero despedir a un ser querido, y ningún sacrificio me parece poco”, comentó Vera, para quien será un orgullo que esa ciudad tenga las cenizas de Castro.
Ingrid Rondón, una abogada de 34 años, afirmó que el fallecido líder tenía una especial predilección por Santiago.
“Lo demostró en muchas ocasiones con sus obras como las de vivienda, o las de trabajadores sociales durante el paso de ciclones, y algunas ocasiones nos lo hizo saber en sus discursos durante sus visitas”, dijo.
La afinidad de Castro por el oriente del país se evidenció en los numerosos programas que la revolución impulsó en esa región, sobre todo los de alfabetización y salud, que permitieron atender los altos índices de pobreza y atraso que enfrentaba.
La caravana, que trasladó por cuatro días las cenizas de Castro por todo el país, recorrió en sentido inverso la marcha victoriosa del movimiento guerrillero que él lideró desde las montañas de la Sierra Maestra y protagonizó la revolución de enero de 1959.
El cortejo partió el miércoles de La Habana luego de dos días de actos multitudinarios en los que decenas de miles de personas acudieron a la Plaza de la Revolución para honrar al líder cubano.
Fuente:AP