Los padres son la vía que utiliza Dios para cuidar, proteger y encaminar por el trayecto correcto a los hijos. Cuando Wladimir Lendof habla de su primogénito, sus ojos brillan; pareciera como que se trasladara a esos momentos especiales que lo llenan de satisfacción, como el día en el que su ‘niño’ se graduó summa cum laude en Unibe.
Entre estos dos hombres hay una conexión que es difícil pasar desapercibida y es que conversar con Giancarlo demuestra que no solo los padres se sienten orgullosos, sino que también los hijos se emocionan con los logros de sus progenitores, y ellos se admiran, respetan y valoran mutuamente.
Un 23 de febrero, recuerda este padre, recibió la noticia de que su vida cambiaría con la llegada de un bebé que vino para dar aún más felicidad a él y a su esposa Trini. “Saber que ya eres padre es muy emocionante, pero a la vez es un reto con muchas incógnitas, porque es una criatura indefensa.
A partir de ese momento tienes que ser mejor cada día porque estás trayendo a esa personita al mundo, que depende de ti”.
Manejar su propia empresa de relaciones públicas le dio la oportunidad a Lendof de pasar tiempo de calidad con su hijo y sin proponérselo, el negocio familiar los unió aún más, ya que cuando a su pequeño le tocó ir a la universidad eligió el Marketing como profesión, y aunque no trabaja directamente con su padre este le ayudó a abrirse camino en el mundo laboral.
Los dos son grandes empresarios y es su complicidad la que ha hecho que los trabajos que hacen juntos queden estupendos, dejándose llevar uno del otro. “Giancarlo está en una parte de la oficina, pero él maneja sus propias cuentas; empezó con pocas pero ya tiene una cantidad muy buena de clientes. Él es que maneja nuestras redes sociales y es muy bueno con la tecnología, muy creativo”.
“Parte de las fortalezas que le inculcamos fue los valores, siempre le decía que no me llevara nada que no fuera de él a la casa; le enseñé la lealtad, cuando ve a uno de mis amigos se preocupa por ser amable con ellos”.
Un legado de trabajo y honestidad es el que Lendof le está dejando a su hijo, pero hay otra cosa que él considera igual de importante en la vida: “Yo quiero que él sea feliz, que tenga equilibrio pero ante todo que siempre sea feliz”, concluye el orgulloso padre.
