En el Sur profundo y en algunos lugares del país, la llegada de la primavera significa amortiguamiento del hambre; hace que necesariamente se trasforme lo cotidiano y la propia realidad.
Aparece un carnaval que hemos bautizado como Carnaval Cimarrón, porque el cimarronaje es una conceptualización antropológica de la rebeldía.
Por eso hablamos de un Carnaval Cimarrón, porque no corresponde a la herencia europea. No es un carnaval urbano, es un carnaval rural, completamente ritual, espiritual, durante la Semana Santa, un carnaval de homenaje, simbólico.
Se hace no con elementos industrializados, sino que se hace con la relación, en el reciclaje con la naturaleza, sobre todo el jueves, el viernes, el sábado y hasta el lunes después de la Semana Santa y es una expresión de identidad, es un patrimonio de la Republica Dominicana
