Un amigo le decía que se comprara su mecedora porque se quedaría jamona, pues nunca mostró prisa en casarse y formar una familia.
La prioridad de Clara Lachapelle era ser una mujer productiva. Las manualidades eran su pasión.
Aprendió a pintar mirando a otros; años después se convirtió en profesora de artesanía de la Escuela Vocacional de las Fuerzas Armadas.
Tampoco se quedó para vestir santos, es decir, que a Clara no le importó que la señalaran entre las mujeres que tardan o deciden no casarse. Se casó cuando quiso y creyó conveniente.
Y como no tuvo hijos biológicos, decidió adoptar. “Para ser madre no hay que parir, lo que hay que sembrar y dar amor”, dice.
Conversadora, inteligente, la gracia y la ocurrencia le brotan a borbotones mientras habla y explica su quehacer. Dice, y así parece ser, que lo que ve en su barrio, a su alrededor, es idea o inspiración para su creación. Sus sombrillitas de tela son famosas. Preciosas. Y el cliente las puede diseñar con ella, porque Clara es abierta y receptiva.
Ella y otros artesanos y artistas plásticos de San Cristóbal recibieron en agosto de este año el apoyo del Gobierno luego de la Visita Sorpresa #165 del presidente Danilo Medina.
Invertiremos 10 millones de pesos en la construcción de un Centro Artesanal que alojará talleres para que puedan expandir su producción.
Como Clara, hay muchas mujeres dominicanas artistas, valientes, creativas y laboriosas.
En el gobierno de Danilo Medina, celebramos y promovemos que así sea.
