Un nuevo estudio sugiere que la alimentación, sobre todo de frutas, jugó un papel clave en la evolución del ser humano, al momento de moldear el tamaño y la forma de su cerebro, tal como lo conocemos ahora.
La investigación fue liderada por Alex DeCasien, de la Universidad de Nueva York. Señaló que comer fruta fue un paso clave para ir más allá de los alimentos básicos, como las hojas, y proporcionó la energía necesaria para hacer crecer el cerebro.
Se analizaron los alimentos básicos de más de 140 tipos de primates. El trabajo encontró que los animales que se alimentan de fruta tienen cerebros que son aproximadamente 25% más grandes que los de especies que comen hojas.
El estudio se publicó en la revista científica Nature Ecology & Evolution y señala que la dieta a base de frutas pudo ser la que ayudó a moldear el tamaño y la forma del cerebro de los primates.
Agrega que alimentos como la fruta contienen más energía que las fuentes básicas como las hojas. Esto ayudaría a crear el combustible adicional necesario para desarrollar un cerebro más grande.
Potencial cognitivo
Más allá de las propiedades de las frutas en sí mismas, el estudio sugiere que pudieron haber contribuido a la evolución del cerebro por más razones. Por ejemplo, habrían ayudado a desarrollar las capacidades cognitivas para que los primates recordaran la ubicación de los frutos y elaborar técnicas de extracción.
“Al levantarse, la fruta no está ahí. Deben invertir mucho tiempo buscándola y este tipo de dieta requiere de memoria grupal. Los frutos son alimentos dispersos, sujetos a estacionalidad y no siempre están disponibles por el tiempo de maduración y la dificultad al procesarlos”. Así lo señaló el primatólogo Miquel Llorente, en declaraciones al portal español Hipertextual, al hablar del reciente estudio.
Y agregó: “Por el contrario, la dieta a base de hojas no cuenta con estos desafíos. Son alimentos más abundantes, que siempre están disponibles y no generan tantos conflictos sociales, a diferencia de la fruta”.
Fuente:Yahoo
