SANTO DOMINGO. José Antonio Rodríguez no fue ratificado en el cargo de ministro de Cultura, tal y como algunos vaticinaban, tras el affaire Vargas Llosa.
Las semanas previas había sonado para esa cartera el ex ministro de Defensa, general y poeta José Miguel Soto Jiménez. En alguna de las quinielas, las menos, había sonado el hasta ayer embajador ante la OEA Pedro Vergés, el más fuerte opositor que tuvo en su tiempo el exministro José Rafael Lantigua, y quien tiene a su haber una refriega intelectual con Andrés L. Mateo y una buena novela Sólo cenizas hallarás.
A José Antonio Rodríguez habrá que reconocerle la descentralización en el otorgamiento de financiamiento para los proyectos culturales de todo el país, con lo cual se han beneficiado decenas de promotores culturales de los más remotos sitios del país.
Esa democratización de los procesos es un logro que ha sido reconocido incluso en el seno de los países iberoamericanos.
Asimismo, Rodríguez intentó impulsar la economía de la cultura a un nuevo nivel, con una serie de medidas que van en beneficio de las dependencias que prestan servicio a la población, como por ejemplo la creación de la Cuenta Satélite de Cultura, algo que personalmente gestionó con especial énfasis, sabiendo que sólo así los tecnócratas del tren gubernamental pueden dejar de ver el sector cultural como una carga para el Estado y comenzar a verlo como un productor de riquezas no solo espirituales, sino tangibles.
A eso hay que agregar la creación del fideicomiso con el Banco de Reservas, para una profunda revitalización del sistema de museos; el desarrollo de las Escuelas Libres y de proyectos artísticos con niños de capacidades diferentes y en barrios de la capital. La creación del coro Koribe y de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, por citar algunos logros.
Ahora queda en el aire, sin firme timonel, la realización de la Feria Internacional del Libro, prevista para septiembre.
Pedro Vergés Cimán (1945) estudió filología en la Universidad de Zaragoza. Fue redactor de la revista Camp de l’Arpa (Barcelona) y co-fundador allí de Hora de Poesía. Exembajador en España (1996-2000), en Alemania (2005-2009), Japón (2009-2013) y hasta ayer en la OEA.
